viernes, 8 de abril de 2011

Quién gana y quién pierde con una subida de tipos

El cambio de rumbo en la política monetaria después de casi dos años con las tasas rectoras en mínimos históricos tiene ventajas y desventajas. Afectará a los agentes económicos, aunque no de igual manera; unos saldrán beneficiados y otros, perjudicados.

En el lado ganador se sitúan la banca y los ahorradores en detrimento del Estado, el consumo, la inversión y los deudores.

Se incrementa el coste financiero para el Estado

Los analistas aseguran que el alza de los tipos es claramente contraproducente para España y otros países endeudados como Portugal, Irlanda o Grecia. Sin embargo, es deseada por Alemania, que presenta una clara recuperación de la economía y del empleo y presiona para evitar la compra de deuda pública por parte del BCE.

Para la economía española será como poner piedras en el camino hacia la recuperación. Por un lado, se incrementará el coste financiero del Estado, ya que tendrá que pagar más intereses por su deuda. En condiciones normales, un alza de los tipos rectores desplaza hacia arriba la llamada curva de los tipos de interés, lo que encarece la financiación en los plazos de deuda. Por otro, dificultará el crecimiento y los compromisos de déficit.

Agrava el endeudamiento

El impacto sobre el esfuerzo financiero es considerable en un contexto de un ya elevadoendeudamiento de familias, empresas y administraciones públicas. Las cuentas financieras del Estado, disponibles en el Banco de España, revelan que los hogares tienen deudas por importe de 957.256 millones de euros.

Los hipotecados son los grandes perjudicados. Las subidas del euríbor, que adelanta los movimientos al alza en los tipos, encarecen las hipotecas. En España, la mayoría de los préstamos hipotecarios están referenciados a este índice que, según algunos expertos, podría terminar el ejercicio en el entorno del 2,5%, lo que elevaría la factura financiera a las familias en 6.000 millones de euros.

Lastra el consumo y la inversión

Unos intereses más altos influyen negativamente en el consumo y la inversión. Las familias, y especialmente los hipotecados, ven reducida su renta disponible al tener que destinar más dinero al pago de sus deudas. Esto, unido al elevado paro que padece España, reduce el consumo.

Asimismo, unos mayores costes de financiación frena la solicitud de créditos para invertir, por lo que muchos proyectos de inversión quedan paralizados o incluso descartados.

Incrementan los márgenes de la banca

El sector financiero se ve beneficiado en la medida en que se incrementa el margen de intermediación, que es la diferencia entre los tipos activos y los pasivos. Con un euríbor al alza, no solo se elevan las cuotas mensuales de los hipotecados sino que además se encarecen los créditos nuevos para la compra de vivienda. Al subir los tipos del activo, la banca recompone en parte el margen de intereses castigado por las altas remuneraciones en los depósitos.

Se paga más por el ahorro

Atendiendo a sus necesidades de financiación, bancos y cajas se han enzarzado desde hace meses en una guerra del pasivo que no tiene visos de relajarse, a tenor de los últimos y agresivos intentos por captar el ahorro.

Los españoles tienen 846.600 millones de euros en depósitos, según los datos del Banco de España. La subida de tipos permitirá una mayor remuneración del pasivo, lo que beneficia a los ahorradores.

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