jueves, 31 de mayo de 2012

La nacionalización de Bankia

La crisis del sistema financiero español ha vivido un nuevo e importante
episodio. El Gobierno de Mariano Rajoy decidió nacionalizar a principios de mayo Banco Financiero y de Ahorros (BFA), controlada al 100% por las siete cajas de ahorro que conforman Bankia desde 2010. Esta será la octava entidad que pasa a controlar el Estado desde que estallara la crisis en 2008, pero es la más importante hasta la fecha, ya que cuenta con 10 millones de clientes en España y activos por valor de 340.000 millones de euros o 427.856 millones de dólares.

El control de Bankia tendrá lugar mediante la conversión en acciones del préstamo de 4.465 millones de euros que le concedió el Estado a través del FROB -un fondo creado para gestionar el proceso de reestructuración del sistema financiero español en junio de 2009- cuando se gestó el grupo. El ministerio de Economía explicó en un comunicado publicado el pasado 9 de mayo que la decisión se ha tomado para “garantizar la solvencia, la tranquilidad de los depositantes y disipar las dudas de los mercados sobre las necesidades de capital de la entidad".

Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, considera que la nacionalización “es la única solución para resolver los problemas de solvencia de la entidad”. Según explica, la auditora Deloitte estimó en 3.500 millones de euros la minusvalía de la entidad al cierre del ejercicio 2011, lo que coincide con su patrimonio neto, “por lo que el saneamiento de esa minusvalía supone reducir a cero el patrimonio de la entidad”. Ante esta situación, explica que la única vía de solución era convertir los préstamos del FROB en acciones ordinarias, lo que implica la nacionalización de BFA-Bankia.

Santiago Carbó, profesor de Economía del Departamento de Teoría Económica e Historia de la Universidad de Granada, también considera inevitable la nacionalizacióny añade que “ahora la primera y más importante misión para la entidad y sus nuevos administradores [el ejecutivo José Ignacio Goirigolzarri asumió la presidencia en sustitución del político Rodrigo Rato] es realizar un importante esfuerzo de transparencia y establecer los distintos mecanismos para obtener los recursos necesarios para garantizar la viabilidad de la entidad financiera”.

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, explicó en el Congreso el pasado 23 de mayo que se aportará todo el dinero que sea necesario para dar confianza sobre el sistema financiero español pero que la intención es recuperar esas ayudas. Asimismo, especificó que Bankia requiere dinero público por importe de 9.000 millones de euros, aunque posteriormente, el viernes 25 de mayo, la entidad corrigió ese importe cifrando la necesidad de ayuda pública en 19.000 millones de euros. En total, a día de hoy, el rescate de la entidad se estima en 23.000 millones de euros -19.000 más los 4.465 que ya ha recibido- o 28.900 millones de dólares, el más caro de la historia en España.

La pregunta que surge ahora es cuáles son los planes que el Gobierno tiene para la entidad. Reuters explicaba en un artículopublicado el pasado 17 de mayo, en el que citaba fuentes anónimas cercanas a Mariano Rajoy, que el Ejecutivo planea sanear, reducir el tamaño y vender el banco en los próximos tres años, el periodo máximo legal en el que el Estado puede mantener el control de la entidad. En el citado artículo se aseguraba que otros grandes bancos españoles como Santander, BBVA o La Caixa podrían ver Bankia como un objetivo apetecible para ganar mayor cuota de mercado o, directamente, comprar las áreas de negocios que pudiera vender.

Sin embargo, Carbó apunta que “Bankia es una entidad demasiado grande y demasiado importante para que sea fácilmente dividida y vendida, lo que los anglosajones llaman difficult to fail and unwind”. Y añade que el “Estado ha entrado en el capital de Bankia y seguramente estará ahí varios años hasta que se aclaren definitivamente las opciones. Si Bankia realiza un plan exitoso, la propia entidad podría recomprar parte (o en el mejor de los casos, todo) del capital invertido por el Estado”.

Maudos prevé que, “una vez inyectada la financiación, Bankia deberá completar su proceso de reestructuración (reduciendo red y empleo para ahorrar costes) y desprenderse de posibles participaciones con plusvalías, aunque complicado en este momento, para mejorar su solvencia”. Él cree que no será fácil que al menos a corto plazo acabe en manos de otras entidades dado su tamaño y su déficit de provisiones y considera que “lo mejor será que el Estado se quede el tiempo necesario para reflotar la entidad y una vez saneada, buscar posibles compradores, o incluso trocear la entidad”.

¿La punta del iceberg?
La difícil posición de Bankia es el ejemplo más claro y la imagen personificada de la delicada situación por la que atraviesa el sistema financiero español en su conjunto. El sector bancario español se ha visto fuertemente dañado por el estallido de la burbuja inmobiliaria que unido a la crisis internacional, ha sumido a España en una recesión de la que todavía no se ha recuperado.

Según datos del banco de España, al cierre de 2011, la banca española tenía una exposición inmobiliaria de 308.000 millones de euros o 387.500 millones de dólares, de los cuales 184.000 millones correspondían a activos tóxicos o problemáticos (dudosos, subestándar y adjudicados). El sector de la construcción y promoción inmobiliaria registró un ratio de morosidad del 20,9% al cierre de 2011. Bankia es una de las entidades más expuestas al ladrillo, con 37.517 millones de euros, de los que el 84,7% es considerado problemático, según los resultados sin auditar remitidos por la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), regulador bursátil español.

Estas cifras hacen desconfiar a los inversores internacionales del sistema financiero español y por consiguiente de la solvencia del Estado, ya que creen que podría verse obligado a invertir más dinero público apara ayudar al sector, lo que provocaría incumplir con sus objetivos de reducción de déficit y aumentar su deuda. Es por ello que el coste de financiación en el mercado de España se ha elevado considerablemente desde el comienzo de la crisis, hasta el punto de que se baraja la posibilidad de que el país tuviera que pedir ayuda financiera a la Unión Europea (UE).
Respecto a los problemas del sistema financiero español, Mauro Guillen, profesor de Gestión y director del Instituto Lauder de Wharton, avisa de que “mientras la economía no repunte, un banco detrás de otro tendrá problemas”, porque “un sistema financiero no puede resistir años de recesión”. En su opinión, a medida que vayan teniendo problemas los bancos, habrá que rescatarlos, “pero Grecia o España o los países periféricos no tienen recursos suficientes para rescatar bancos indefinidamente. Al final, se necesitará una solución europea para un problema que es europeo, puesto que sin la moneda única ya habríamos devaluado y sentado las bases de la recuperación”.

Michele Boldrin, profesor de la Washington University in St. Louis, cree que la nacionalización de Bankia y de las otras entidades financieras se tenía que haber realizado dos años antes. “Hay una serie de bancos y cajas españoles que están quebrados por la incompetencia gestora de los políticos y que están paralizando el sistema financiero español y el país”, asegura. Explica que en España está ocurriendo algo parecido a lo que ocurrió en Estados Unidos en 2009, “pero la diferencia es que allí la limpieza del sistema financiero fue muy rápida y aquí el proceso ya dura dos años y no se ha logrado solucionar el problema”. Cree que en España no se toman las medidas oportunas porque “supondría para el poder político perder su fuerte control sobre sistema financiero, algo a lo que se resiste”. 
      
¿A la segunda va la vencida?
Para intentar disipar las dudas, el Gobierno aprobó el pasado 11 de mayo nuevas medidas para el sistema bancario. Es lo que se ha dado en llamar la segunda fase de la reforma del sector financiero, después de que en la primera, llevada a cabo en febrero, se elevara los requisitos de provisiones de los bancos para cubrir posibles pérdidas en sus activos problemáticos del ladrillo, lo que supuso que las entidades tuvieran que provisionar 54.000 millones de euros o 68.000 de dólares.

En esta ocasión, el Ejecutivo ha decidido aumentar del 7% al 30% la provisión genérica de los bancos para cubrir un hipotético deterioro de los activos no problemáticos, que se sitúan en los 123.000 millones de euros o 155.000 millones de dólares. Esto supone, en la práctica, que tendrán que provisionar 30.000 millones de euros más o 38.000 millones de dólares. Estos nuevos requerimientos de capital se realizarán con cargo a los resultados. Las entidades que tras esta operación de saneamiento presenten déficit de recursos propios o de capital principal tendrán que capitalizarse en el mercado o, en su defecto, podrán solicitar ayuda al Estado, que les otorgará préstamos públicos a un tipo de interés del 10%.

Además, la banca tendrá que separar los activos tóxicosvinculados al ladrillo en sociedades independientes antes de que acabe 2012, es decir, crear lo que se ha venido llamando “banco malo”. Finalmente, el Ministerio de Economía encargará a expertos independientes la valoración de toda la cartera de activos de la banca española.

“Las medidas van en la dirección correcta, incluyendo las valoraciones aún pendientes”, opina Carbó. Pero, en su opinión, el éxito depende, en parte, de cómo se ejecuten las diferentes medidas y, en otra parte importante, de que se especifique claramente de dónde van a salir los recursos para financiar las posibles necesidades de saneamiento y recapitalización que surjan del proceso. “Esto requiere especificar no sólo la ayuda que puede ser posible a día de hoy sino también potencialmente necesaria a medida que avanza el deterioro macroeconómico. Se trata de un soporte, una garantía o backstop que es fundamental para calmar a los mercados y que aún no está del todo clara”, argumenta este consultor del Departamento de Estudios Económicos de la Reserva Federal de Chicago.

Maudos no tiene tan claro que las medidas del Gobierno vayan a disipar las dudas sobre el sistema financiero español. Explica que las dos últimas fases de la reforma se han centrado en sanear la exposición al sector inmobiliario, que es el más problemático y el que más dudas plantea en los mercados. Y advierte de que el problema es que la exposición inmobiliaria representa sólo el 20% de la cartera crediticia, y que queda otro 80% más donde hay préstamos hipotecarios para la compra de vivienda (más de 600.000 millones de euros o 754.000 millones de dólares), préstamos a Pymes, a grandes empresas, etc, con los que también hay que tener cuidado. “Con un escenario macro con tasas de crecimiento del PIB negativas en 2012 y también en 2013, la calidad de todos estos activos se deteriora, por lo que es aquí donde los inversores creen que las provisiones actuales no son suficientes”, explica.

“Habrá que esperar a ver los resultados de las valoraciones de las dos tasadoras independientes y de las 3 auditorías posteriores [que se van a hacer sobre el sistema financiero español] para conocer el posible déficit de provisiones. Si la cifra es razonable, será asumible vía FROB (que emitirá deuda para ayudar a las entidades), pero si es muy alta no habrá más remedio que pedir ayuda externa”, vaticina.

En cuanto al importe total de los recursos necesarios, Carbó cree que es difícil de determinar. “Puede que sea más de los cerca de 15.000 millones que estima el Gobierno pero creo que el coste total para el Estado del apoyo al sector financiero seguirá siendo menor en España (en términos de PIB) que el que ha ocurrido en otros países de nuestro entorno”, estima.

Según Michele Boldrin, el Gobierno tiene que atacar directamente el mal del sistema y arrancarlo de raíz. “Hay que sanear las entidades con problemas y recapitalizarlas. En el contexto económico actual, el único que puede hacerlo es el Estado”, aunque cree que necesitará ayuda financiera de la UE porque no podrá emitir toda la deuda para captar el capital necesario para llevar a cabo el proceso. Apuesta por “europeizar el sistema financiero español”, que España “llegue a un pacto con Europa para cambiar los administradores incompetentes de las entidades intervenidas y, finalmente, después de sanearlas, venderlas en el mercado”.

Boldrin opina que lo interesante es que compraran los bancos saneados entidades extranjeras para crear un mercado más abierto y competitivo. “Si al final del proceso sólo quedan en España cuatro grandes bancos nacionales con mucho poder se crearía un oligopolio muy malo para el sistema financiero y la economía del país, que dependería excesivamente de ellos”. En el caso de que se creen estos gigantes bancarios, cree que deberían tener una gran diversificación internacional, de tal manera que el negocio nacional sólo suponga alrededor del 10%.

www.wharton.es

martes, 29 de mayo de 2012

¿Qué pasaría con sus fondos si España sale del euro?

Uno de los asuntos que más preocupan a los inversores españoles en estos momentos es qué pasaría si nuestro país tiene que abandonar el euro. ¿Estarían más sus ahorros protegidos con fondos de gestoras extranjeras en lugar de tenerlos en fondos de gestoras nacionales? Primero tengo que insistir en que esa posibilidad es realmente muy poco probable. No diría imposible porque en materia financiera nada es imposible pero sí extremadamente improbable… simplemente porque la voluntad de pertenecer al euro es una voluntad política y no económica y, en la actualidad, ningún partido político se plantea la salida del área euro (cosa que sí ocurre en Grecia, por ejemplo, de ahí la gran incertidumbre que generan las próximas elecciones en el país heleno). Pero volvamos a la cuestión que preocupa a los inversores. Si España vuelve a la peseta, ¿estarían las inversiones más protegidas con fondos extranjeros que con fondos nacionales? La respuesta es que depende de muchos factores, pero no del domicilio de los fondos. No depende ni de la divisa en la que está denominado el fondo. El impacto de la devaluación que sufriría la nueva moneda nacional (llamémosla “peseta”) sobre los fondos que uno tiene en cartera dependerá de dónde está invertido el fondo.

Si el fondo está invertido en activos españoles (acciones españolas, bonos u obligaciones del Tesoro español, etc), lógicamente sufrirán una fuerte caída en el caso hipotético de que nuestro país abandone el euro. Pero no sólo los fondos españoles invierten en activos españoles, también lo hacen los fondos extranjeros y éstos también se verían perjudicados. Si Telefónica, de la noche a la mañana, pasa a cotizar de 10 euros a 10 pesetas, esto afectaría a todos los fondos que tienen Telefónica en cartera (ya que 1 peseta valdría mucho menos que 1 euro), que son la inmensa mayoría de fondos de acciones españolas (nacionales y extranjeros), pero también muchos fondos de acciones de la Zona Euro, fondos de acciones europeas e, incluso, fondos de acciones globales (nacionales y extranjeros).

Si un fondo tiene en cartera acciones de Deutsche Telekom, esas acciones seguirán cotizando en euros. Suponiendo que la acción de la operadora alemana valga 10 euros, en el momento de la conversión a peseta, esas acciones en pesetas no valdrían 10 pesetas sino mucho más (porque 1 euro valdría mucho más que 1 peseta).

Genera también bastante confusión el impacto de la divisa en la que se denomina el valor liquidativo. En el caso de una vuelta a la peseta, los fondos nacionales volverían a ver sus denominados en pesetas y los fondos extranjeros mantendrían la moneda en la que están denominados ahora mismo (que puede ser el euro, el dólar, la libra, etc). Entonces, me dirán ustedes, mejor tener un fondo denominado en euros que no uno en pesetas. No tiene nada que ver. Da igual la divisa en la que está denominado el fondo. Lo que cuenta es la divisa en la que invierte. Volvamos al caso de Telefónica. Supongamos que tenemos un fondo español que sólo invierte en Telefónica (ya sé que no es posible, pero es para simplificar el ejemplo).

Supongamos que antes del cambio a peseta el valor liquidativo del fondo era de 10 euros. En el momento de la conversión a pesetas, el valor liquidativo se reconvierte a pesetas y vale 10 pesetas. Supongamos que tenemos ahora un fondo extranjero denominado en euros que invierte, al igual que el fondo español, toda su cartera en Telefónica. Supongamos también que el día antes del cambio a pesetas su valor liquidativo sea de 10 euros. ¿Cuánto valdría su valor liquidativo el mismo día en que cambiemos a pesetas? El fondo seguiría denominado en euros, pero, claro, ya no valdría 10 euros sino 5 euros porque las acciones de Telefónica habrían sufrido una caída de valor en euros.

Entonces, por resumirlo, ¿qué es mejor tener 10 pesetas o tener 5 euros? Pues, exactamente lo mismo. Por lo tanto su inversión no estaría más protegida por estar en un fondo español que en un fondo extranjero. Lo importante, repito, no es la divisa en la que está denominado el fondo sino los activos en los que invierte. Si realmente quiere ponerse a salvo de una eventual y más que improbable salida de España del euro invierta en acciones o bonos que no sean españoles, y punto… independientemente que lo haga a través de una gestora española o extranjera. No es necesario (además de muy difícil en la práctica) coger un maletín lleno de billetes de euro y cruzar la frontera para abrir una cuenta en Alemania o Francia.

Fernando Luque de Mornigstar

viernes, 25 de mayo de 2012

Como actuar para beneficiarse de la Amnistía fiscal

Desde hace unas semanas no se habla de otra cosa en todos los medios que de la “Regularización Fiscal Extraordinaria”, o “Amnistía Fiscal”, como comúnmente se la conoce. Una de las medidas aprobadas por el Gobierno que se recogió en la Disposición adicional primera del Real Decreto-ley 12/2012, de 30 de marzo, por el que se introdujeron diversas medidas tributarias y administrativas dirigidas a la reducción del déficit público (B.O.E. del 31), para la que ya existe un proyecto de desarrollo normativo consistente en un borrador de Orden ministerial, que será la que apruebe el nuevo modelo de Declaración tributaria especial establecida en el anterior Real Decreto-ley y que, de aprobarse con la redacción que tiene en la actualidad, introducirá importantes cambios respecto de lo previsto inicialmente.

Ciertamente hay motivos más que fundados para considerar éste como el tema estrella de este año. Para algunos, porque les interesa de manera especial beneficiarse de este nuevo supuesto que les permitirá aflorar dinero negro a un coste muy bajo (el 10% del importe o valor de los bienes o derechos que afloren, sin sanciones, intereses ni recargos), una medida que persigue que los contribuyentes “hagan las paces con Hacienda”. Para otros, esta medida supone un agravio comparativo con respecto a los que no defraudan. Por último, también habla de esta figura, y mucho, el colectivo de asesores fiscales, que la consideran beneficiosa aunque con ciertas matizaciones, y en la que encuentran también algunos inconvenientes para los que ofrecen algunas recomendaciones al respecto.

Pero veamos, en concreto, qué es lo que va a suponer este nuevo procedimiento para los posibles interesados tras la modificación introducida por la orden ministerial que se está tramitando, así como la forma en que se llevará a cabo dicha regularización.

Uno de los aspectos destacables que ha introducido la norma aún en fase de borrador es el hecho de que también va a permitir regularizar el dinero en efectivo, es decir, que amplía el campo de actuación para que afloren con esta medida los billetes de 500 euros que algunos contribuyentes guardan en su domicilio, en la caja fuerte o “debajo del colchón”, y que en la mayoría de los casos provienen de la economía sumergida, así como el hecho de que dicho dinero negro podrá encontrarse tanto fuera como dentro de España.

Como requisito la norma impone dos condiciones esenciales:
  • Que dicho dinero negro se haya generado antes del 31 de diciembre del año 2010. La consideración de esta fecha era importante, ya que en el momento en que se dictó el mencionado decreto, las campañas de Renta y sociedades 2010 todavía estaban en curso, y si se hubiera permitido aflorar dinero correspondiente al ejercicio 2011, se habría incentivado que los declarantes defraudaran para evitar los tipos superiores del 30% en sociedades y de hasta el 52% en el caso del IRPF, y posteriormente tributaran mediante regularización al tipo único del 10%.
  • Que el dinero se deposite en una cuenta corriente de un banco español, europeo o de un estado integrante del Espacio Económico Europeo, siempre que no se trate de un paraíso fiscal o un territorio de nula tributación, es decir, que ello va a permitir –por ejemplo– ingresar dinero en una cuenta en Luxemburgo, pero no en Mónaco.
Entre las reticencias que encuentran al borrador los asesores fiscales se encuentra el hecho de que en el supuesto de que se regularice dinero en efectivo, nos encontraríamos ante una la ficción jurídica de que el dinero se generó antes del 31 de diciembre de 2010, lo que podría dar lugar a que se regularice dinero en efectivo generado con posterioridad a esta fecha. Podemos afirmar por tanto que “bastará con ingresar el dinero negro en el banco para poder lavarlo al día siguiente”. No obstante, este hecho admite prueba en contrario, por lo que, si la A.E.A.T. consiguiera demostrar que el origen de dicho efectivo es anterior a la citada fecha, el contribuyente sería objeto de la correspondiente acta, con sanción e intereses.

Esta criticada medida puede llegar a suponer un duro golpe a la recaudación de la Hacienda Pública, especialmente en estos días de campaña de Renta y la próxima de Sociedades. Pensemos por ejemplo en el caso de un autónomo, el cual podría minimizar el impacto fiscal de su declaración de IRPF 2011 y luego regularizar al 10%; o el de un restaurante, clínica dental, etc. que podrían cobrar sus servicios en metálico, incluso sin IVA, y tributar en Sociedades con una base inferior y regularizar después; o en el peor de los casos, un traficante o contrabandista, que para blanquear el dinero no tendría más que ingresarlo en una cuenta bancaria, aunque ello no le eximiera de responsabilidad por los presuntos delitos que hubiera cometido. Como podréis ver, las posibilidades de blanqueo que permite esta medida son enormes.
Otro aspecto a tener en cuenta es el hecho de que esta medida sólo resultará aplicable al IRPF, Impuesto sobre la Renta de No Residentes y al Impuesto sobre Sociedades, por lo que escapan de la referida amnistía otros impuestos como son los de Sucesiones y Donaciones, Patrimonio o el IVA.
Por último, el modelo de declaración que se pretende aprobar y que habrá que utilizar será el mod. 750, con el que se podrá regularizar: efectivo, inmuebles, depósitos, pagarés, acciones y cualquier clase de bienes y derechos.

El plazo de presentación de éste finalizará el día 30 de noviembre y, siguiendo la línea emprendida por la Agencia Tributaria desde los años 80 de uso de las nuevas tecnologías, dicha presentación deberá realizarse de forma obligatoria por Internet, mediante el uso de un certificado digital de los homologados por la A.E.A.T., una presentación que podrá ser llevada a cabo tanto por el propio interesado como por un colaborador social.

Está previsto además que, junto con la presentación del modelo, puedan anexarse a través del registro electrónico de la A.E.A.T. la documentación complementaria necesaria para acreditar la titularidad y el importe de lo regularizado.

No obstante lo expuesto en este artículo, habrá que esperar a la publicación en el B.O.E. de la orden ministerial que, con toda seguridad, incluirá algunas diferencias respecto de la actual redacción.

viernes, 18 de mayo de 2012

Los fondos de inversión contra el "corralito"

Los fondos de inversión son uno de los productos más seguros si lo que buscamos es seguridad ante los posibles problemas de las entidades financieras. El seguro en los fondos de inversión se encuentra en los activos que quedarán fuera de la masa concursal, en caso de que quiebre la gestora de los fondos o la entidad financiera, los partícipes del fondo recibirían íntegro el valor de la inversión en ese momento.
Por tanto, si el miedo que tenemos es que alguna entidad financiera quiebre de forma no controlada (cosa que los expertos de iAhorro.com no consideramos probable que ocurra), tener parte de nuestros ahorros en un fondo de inversión es una buena forma de protegerlos.

Si nuestro temor es que España salga del euro (lo que implicaría casi con toda seguridad de destrucción de la moneda única), también los fondos nos ayudan a protegernos. En este caso hay que seleccionar un fondo que invierta en otra moneda (por ejemplo dólares o francos suizos), siendo los fondos de renta fija extranjera los más seguros a priori dada su menor volatilidad. Desde cualquier entidad en España se pueden comprar fondos extranjeros, cuya depositaria y gestora sean también de otro país.
Llegados a este punto sólo nos queda protegernos de la más alarmante e improbable de las situaciones posibles: un corralito en España. Esta catástrofe financiera se podría dar si España saliera del euro sin la colaboración de la Unión Monetaria, algo que ya entra en el escenario de la economía-ficción. Un corralito básicamente es un bloqueo de los fondos que se tienen en el banco, seguido de una valoración de los euros a la nueva peseta, lo que implica con toda seguridad una pérdida importante de su valor.

¿Nos ayudarían los fondos a protegernos de esta situación extrema? Consultados expertos de primer nivel en la gestión de fondos y SICAVs, la respuesta es que sí, pero no es sencilla de aplicar para un ahorrador normal. Tendríamos que abrir una cuenta de valores en una entidad extranjera fuera de España (como no residentes), por ejemplo en Alemania. Y desde esta entidad comprar un fondo de inversiones cuya gestora y depositante estuviera fuera de España también.

Ningún corralito podría bloquear estos fondos, ya que no están en España ni se podrían transformar en pesetas. Sin embargo, esta opción implica, al menos a corto plazo, que para disponer de los fondos tendríamos que salir de España. Ya que si en algún momento lo quisiéramos recuperar vendiendo el fondo y trayendo el dinero a España, este líquido estaría bajo los efectos del corralito.

Los fondos de inversión se convierten en un interesante instrumento financiero, siempre y cuando se elija bien, podremos llegar a obtener importantes rentabilidades.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Diccionario Urgente para los clientes de los Bancos

Activo Tóxico:  Bancos y cajas han concedido créditos para que sus clientes comprasen pisos, casas, solares y oficinas. Ahora, eso supone un de 320.000 millones de euros. El problema es que esos pisos y casas no valen hoy lo mismo que hace cuatro años sino mucho menos. Y encima, muchos de sus clientes no han podido pagar la hipoteca, hay promociones sin terminar o abandonadas. Las entidades se han tenido que quedar con esos activos, ahora llamados "activos tóxicos". Se calcula que hay 180.000 millones de euros en activos tóxicos. Pero bancos y cajas, en lugar de reducir ese valor en sus contabilidades, no lo han hecho totalmente porque eso les abocaría a reconocer pérdidas millonarias. Esa es la gran bomba de relojería del sistema financiero español. Para resolver ese dilema, se habla de meter esos pisos en lo que se llama Banco Malo.

Banco Malo: Para evitar que los bancos se sumerjan en pérdidas o tengan que pedir dinero para ampliar capital (ahora, el dinero es un bien escaso), el Banco de España les permitirá que traspasen esas partidas tóxicas a una entidad que se creará para el caso. Esa entidad se llamará metafóricamente Banco Malo. El Banco Malo aceptará la morralla de bancos, cajas y cooperativas de crédito, ahora convertidos en pisos invendidos, solares depreciados o promociones abandonadas o a medio terminar. ¿Qué se consigue? Que los bancos o cajas limpien su balance para que puedan volver a prestar dinero.

FROB:  Hablamos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria. Para entendernos: es el 'salvavidas' del sistema financiero para evitar la quiebra y el contagioso pánico de los ahorradores. El Estado lo creó en junio de 2009. Es un fondo que inyecta liquidez (mete dinero) en las entidades antes de que se hundan. Ese fondo tiene 29.000 millones de euros entre capital, emisiones y créditos. En resumen, dinero salido de los Presupuestos del Estado, de las aportaciones de los bancos y cajas, y de los mercados. Para inyectar dinero, el Frob ha exigido a bancos y cajas  fusionarse con otras entidades y formar una nueva. Así, de 45 cajas de ahorro que había hace tres años, ahora son unas 16. Y han cambiado de nombre; Unimm, Evo, Banca Cívica...

Inyeccion de liquidez: hay muchas formas de meter dinero a las entidades financieras. Se inyecta liquidez como quien inocula suero en la sangre de un paciente enfermo.  Cuando el Estado ve que una entidad está a punto de quebrar, puede hacer varias cosas.  Entra en el capital del banco con dinero público, sufraga las pérdidas, y se apropia de la entidad. Se llama nacionalización pura y dura. El Estado inyectó el la CAM unos 4.000 millones. Lo nacionalizó. Echó a los directivos. Y la revendió al Banco Sabadell por un euro. Es la única forma de salvaguardar la imagen de la banca y los ahorros de miles de personas. Otra forma de inyectar es lo que se pretende hacer en Bankia. La entidad financiera emitirá bonos convertibles convergentes (cocos) por valor de unos 7.000 millones de euros. Y el Estado se los comprará a cambio de un interés alto.

Bonos Convergentes Convertibles (cocos): una entidad (por ejemplo, Bankia) emite bonos para obtener liquidez. El Estado se los compra. A cambio, la entidad le paga al estado un interés 8% anual. Al ser 'convertibles convergentes' (cocos), significa que se pueden convertir en acciones si el nivel de recursos propios de la entidad (capital y reservas de dinero) desciende por debajo de un nivel. En ese momento, el Estado se convierte en accionista y pueden acabar tomando el control de la entidad. Los 'cocos' son conocidos en el mundo de la inversión privada.

Participaciones preferentes: cuando estalló la crisis en 2008, muchas entidades bancarias se quedaron sin dinero y se inventaron las participaciones preferentes para obtener liquidez a corto plazo. Ofrecían un tipo de interés bastante alto y muy atractivo. A cambio, los compradores de esas participaciones renunciaban a muchos derechos. Por ejemplo, los derechos políticos. Las participaciones no daban interés variable (dividendos) sino fijo. No se pueden vender fácilmente en Bolsa. Pueden llegar a perder todo su valor. Por eso se convirtieron en un escándalo y muchas entidades abandonaron este producto financiero.

Fondo de Garantía de Depósitos: es un fondo que está compuesto por la aportación anual de las entidades de crédito. El objetivo es que si un banco o caja quiebra, los clientes puedan recuperar hasta 100.000 euros por persona (antes de la crisis de 2008, el tope eran 20.000 euros). En teoría, ese FGD debería contener 8.000  millones pero gran parte se ha empleado para salvar Caja Castilla la Mancha, Caja Sur, y la CAM. Quedan unos 2.000 millones.

www.lainformacion.com

Más de la mitad de los españoles cambiaría de banco

La fidelidad de los clientes españoles con sus bancos está por debajo de la media global. Según la IX edición del Informe mundial de banca Retail 2012 elaborado por Capgemini y EFMA, el 57% de los españoles está considerando cambiar de banco.

De las cifras, el 12% de los clientes en nuestro país considera muy probable abandonar su banco en los próximos seis meses, mientras que un 45% está considerando esta posibilidad. Según el estudio, a pesar de que el porcentaje de los clientes encuestados que manifiestan tener globalmente una "experiencia de cliente positiva" con sus bancos, se ha incrementado en un 7% con relación a 2011, esto no se ha traducido en un incremento proporcional de los niveles de retención y fidelidad.

Según el Customer Experience Index (CEI) elaborado en el estudio a partir de entrevistas realizadas a 18.000 clientes de 35 países, los bancos tienen la oportunidad de mejorar los factores considerados más importantes para incrementar el nivel de satisfacción y asegurar de esta modo la vinculación. La mala calidad del servicio (53%), las comisiones (50%), la complejidad en la utilización (49%) y los tipos de interés (49%) son los factores que determinan en mayor número de ocasiones el cambio de entidades entre los clientes.

Banca Móvil
Mientras que la banca móvil aún se encuentra en un estado incipiente de madurez, se trata del canal que puede generar las mejoras más importantes en la experiencia de cliente, razón por la que probablemente gozará de importantes niveles de inversión en los próximos años.
Según el informe, en el año 2015, más del 60% de los clientes de todo el mundo serán usuarios de la banca móvil. A pesar de que actualmente el canal de banca móvil presenta todavía el índice más bajo de experiencia positiva de todos los canales, ha sido el que registra la mayor mejora de entre todos ellos.